Mala suerte: el invento de los perdedores

Esto es una redacción que he entregado a mi profesora de Márqueting, sobre un «cuento» que habla de la historia de una persona que busca la buena suerte. Abajo adjunto el PDF con el cuento.

Siempre he creído que la suerte es una excusa de gente perdedora para auto-convencerse. Al igual que los Egipcios culpaban a algún dios de los cambios que se producían en la tierra, hoy en día se echa a la suerte. Si tienes trabajo en tiempos de crisis, suerte, si has conseguido pagar la hipoteca acortando plazos, suerte, si tienes unos hijos muy bien educados, suerte. Los perdedores consideran suerte que el exitoso gane.  Pero todos se olvidan de que esta suerte en realidad es trabajo, esfuerzo, dedicación y, sobretodo, no escuchar.

Para mi una de las cosas más importantes es el saber escuchar a quien se debe. Si has conseguido pagar una hipoteca a base de trabajar como un burro es porque en su tiempo supiste no escuchar a los que te recomendaban irte más a menudo de viaje o que tuvieras un coche más lujoso. Y ahora lloran. Cuando se tiene una idea y una convicción, hay que luchar por ella. Y si estas convencido de que esa idea va a tener éxito, hay que ir con todo.

 Porque la lotería es un engaño. No es casualidad que en época de crisis es cuando más lotería se vende. Engañados. Las probabilidades de acertar con el número son escasas, pero la imagen por los telediarios de gente gritando de alegría pueden con la gente.  Y caemos. Porque no queremos que dé la casualidad que esta vez toque cerca de nosotros y no nos toque nada. La envidia.

 La envidia en este país es un componente básico en la sociedad. No podemos consentir que menganito tenga una empresa y le vaya bien. Porque no. No debe tener éxito. No nos alegramos del éxito de otros. Es inaceptable que mi vecino  haya hecho dinero a carretillas (legalmente) y se pueda haber retirado tranquilamente, mientras yo tengo que seguir levantándome a las 7 a trabajar. Pero esta persona un día decidió cambiar su vida y apostar. Tuvo una idea y fue con todo a por ella. Arriesgó. Y ganó. Porque al fin y al cabo, todo consigue en arriesgar.

Puede que la suerte sea una rifa, pero a base de trabajo y sacrificio acumulas papeletas para llevarte el premio. Si no arriesgas, no participas en la rifa.

La buena suerte

Un comentario en “Mala suerte: el invento de los perdedores

  1. Los niños dicen constantemente: ¡ Qué morro!, como si cuando los demás tienen algo bueno a ellos les estuviesen quitando algo.

Deja un comentario